- Las actuales condiciones climáticas nos han llevado a invertir en diferentes artefactos para mantener una adecuada temperatura en todos los sectores de nuestros hogares, y los baños no son la excepción. Por ello se hace necesario cumplir con algunas medidas de seguridad, para no incurrir en accidentes o eventuales incendios.
Este invierno 2017 nos ha sorprendido con temperaturas bajo cero y con continuas y abundantes lluvias, como no se veían hace años. Frío que ha venido acompañado de continuas promociones y ofertas del comercio con distintos artefactos de calefacción para los diferentes espacios de nuestro hogar.
En el caso particular de los baños, es fundamental tomar una serie de resguardos al momento de elegir la estufa para calefaccionar esta dependencia, para que el confort que queremos lograr no se convierta en un riesgo o una gran problema. “Es importante considerar que las estadísticas de accidentes por intoxicación e incendios en este periodo aumentan por la utilización de medios poco adecuados para mantener una temperatura agradable. Es por ello que se hace necesario establecer algunas medidas”, advierte el docente de la carrera de Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Luis Ahumada.
Para decidir el tipo de calefacción a utilizar en el baño, el experto dice que lo primero que hay que establecer son las dimensiones de la habitación (largo, ancho y alto), las condiciones de ventilación (tipo y ubicación) y quiénes serán sus ocupantes (niños, personas mayores, etc). Luego, hay que tener claro que no todas las estufas son adecuadas para usarlas en el baño.
“Hay que considerar varios factores, pero sin duda se debe privilegiar la seguridad. Para temperar el baño se recomiendan las estufas eléctricas resistentes a la humedad. Para ello, el calefactor debe indicar que tiene protección IP 24, donde IP es el reconocimiento para protección contra el agua, el primer dígito ‘2’ es protección contra cuerpos extraños con diámetro mayor a 12 milímetros y el segundo dígito ‘4’ indica que está protegido contra el agua pulverizada. Ello permite en primer lugar proteger a las personas, y también a los dispositivos en uso contra la penetración de materiales sólidos o líquidos y los efectos perjudiciales del agua”, explica Ahumada.
También se recomienda que cumpla con la norma IEC 60335. “Esta se grafica con el símbolo de una gota dentro de un triángulo. Esta recomendación es para cualquier aparato eléctrico que se vaya a usar en el baño, como por ejemplo afeitadoras o secadores de pelo”, explica el docente de la U. del Pacífico.
Existe gran variedad de estos aparatos en el mercado, cuyos precios varían en función del tipo de calefactor, potencia, nivel de consumo y marca. ¿Qué calefactor cumple mejor las condiciones para ser utilizado en el baño? “En lo personal, para el baño recomiendo las placas radiantes que van fijadas a la pared y los termoventiladores por compresión de aire, ya que temperan bien y no producen quemaduras en caso de contacto accidental”, sugiere el especialista.
Como contraparte, hay determinados tipos de estufas que jamás deben ser utilizados en el baño. “Considerando que los baños generalmente son habitaciones pequeñas, nunca se deben utilizar estufas que utilicen sistemas de combustióncomo parafina, gas o leña. La combustión produce gases tóxicos que pueden provocar intoxicaciones e, incluso, la muerte. La única excepción son los sistemas de calefacción de tiro balanceado, que descargan los gases producidos por la combustión hacia el exterior”, indica Ahumada.
El ingeniero en Prevención de Riesgos plantea que una buena solución son los calefactores de pared, puesto que son fáciles de comprar, de instalar y de usar. “Como el baño es un lugar con mucha humedad, es necesario tener el menor contacto físico con ellos. Por ello, ubicarlos en la pared y lo más pegado al techo resulta provechoso y seguro; así evitamos posibles accidentes al salir mojados de la ducha o que le caiga o salpique agua, provocando un cortocircuito y muy posiblemente que el calefactor se rompa. Es importante que el calefactor esté fijado y anclado adecuadamente, conectado a un suministro eléctrico que actúe con resistencias, de manera que su activación y apagado sean independientes de la intervención de la persona”, indica.
Los termoventiladores son los calefactores más utilizados para calentar el cuarto de baño. Son los típicos aparatos pequeños que expulsan aire caliente, pero pueden funcionar con dos tipos de tecnologías diferentes: por compresión de aire o por resistencias.
“Los calefactores que funcionan con resistencias infrarrojas son aquellos que cuentan con una o dos barras que se ponen al rojo vivo y una vez que toman una alta temperatura, se activa un chorro de aire que es expulsado. Este tipo de equipo consume más energía que los de aire caliente por compresión y a su vez son menos eficientes. Ambos permiten que el baño se caliente más rápido, siendo los que funcionan por compresión de aire mucho más eficientes y económicos en cuanto a su consumo de energía”, aclara el académico de Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico.
Este sistema permite que el equipo entregue el calor en forma directa y continua, provocando que la sensación de temperatura del lugar resulte muy agradable, requiriendo sólo ponerlo en marcha al momento de ir a ducharse. “Lo anterior tiene su explicación debido que la sensación de calor que entrega la humedad, además de la temperatura del cuerpo y del agua de la ducha, logran que al salir de ésta tengamos una temperatura superior a los 37º C, mientras que la temperatura ambiente no sobrepasa los 25ºC. Es por ello que necesitamos que el cuerpo reciba una temperatura superior a la que tiene para notar esta sensación de calor, que es lo que nos ofrecen los termoventiladores”, precisa
En este sentido, un punto fundamental a considerar es cuándo y cómo temperar el ambiente del baño, dependiendo del tipo de apatato. “Si el calefactor eléctrico no tiene las especificaciones técnicas previamente definidas, el baño se debe temperar previamente al uso de la ducha, evitando hacerlo durante o después. Ahora bien, si el calefactor cuenta con la certificación de seguridad, podría mantenerse encendido durante la ducha, pero teniendo la precaución de tratarlo con cuidado y que no entre en contacto con otras cosas, como por ejemplo; no taparlo con ropa o toallas, no conectarlo o desconectarlo con las manos húmedas, evitar que le caiga agua, etc.”, agrega Luis Ahumada.
Medidas de seguridad al calefaccionar el baño:
Ø Utilice estufas eléctricas con protección contra la humedad, es decir, que tengan un grado de protección IP 24, IEC 60335 o un símbolo de una gota dentro de un triángulo.
Ø No calefaccione el baño con sistemas que utilicen combustión, como por ejemplo estufas a parafina, a gas o braseros, por los gases tóxicos que emanan.
Ø Evite tener prendido el calefactor mientras se está duchando.
Ø No tape al calefactor con ropa o toallas.
Ø No desconecte o conecte el calefactor con las manos húmedas.
Ø Evite que caiga agua sobre el aparato.
Ø Deje una ventilación permanente en ambientes calefaccionados.
Ø Instale artefactos con salidas al exterior.
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