Así lo planteó, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, durante su participación en el Coloquio “Las Vacunas: Riesgos y Beneficios”, que se realizó en la Universidad San Sebastián.
“Tenemos una comisión de expertos que está realizando un estudio al respecto y de aquí a tres semanas más adoptaremos una resolución”, indicó la autoridad en el marco del coloquio organizado por la carrera de Bioquímica y el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián.
La subsecretaria señaló que una de las preocupaciones es “la situación de las poblaciones que están entrando a Chile y que no han sido vacunadas contra varias enfermedades”.
En la oportunidad, dio cuenta del avance de la campaña de vacunación contra la Influenza y precisó que el grupo objetivo “son 5 millones de personas y al día de ayer, teníamos 1 millón 250 mil vacunados. Si eso lo comparamos con la misma fecha de años anteriores, el número inmunizados es el doble”.
Vacunas domésticas
Otro tema que se abordó en el coloquio fue la necesidad del desarrollo de vacunas en el país. Al respecto, Claudio Figueroa, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de la U. San Sebastián, indicó que se necesita una producción propia de vacunas, particularmente para prevenir aquellas enfermedades que son endémicas en el país, como el hanta u otras emergentes.
“Con la fiebre amarilla tenemos un súper buen ejemplo. La vacuna en contra de esta enfermedad demora 18 meses en fabricarse y cuando los países tienen que proyectar cuántas vacunas van a necesitar, lo que hacen es licitar con un proveedor internacional. En Brasil, se quedaron cortos con los pronósticos y para suplir esa emergencia, decidieron tener producción propia”, explicó el académico.
El bioquímico agregó que “en algunos países el producir vacunas es considerado un bien estratégico, particularmente en aquellos donde ocurren muchos desastres naturales”.
Sobre este punto, la bioquímica María Rosa Bono, presidenta de la Asociación Chilena de Inmunología, indicó que en Chile tenemos la capacidad de generar o desarrollar este tipo de investigaciones. Además, instó a las autoridades de salud a considerar la opinión de las sociedades científicas en la toma de decisiones.
“Los científicos deberíamos dejar de ser un adorno en el país, porque hay laboratorios donde estamos investigando enfermedades como el Hanta para producir una vacuna. Porque nadie va a venir a hacer una vacuna contra los ratones que tenemos en nuestra cordillera”, dijo.
Por su parte, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza sostuvo que “tenemos un programa de vacunación nacional muy eficiente y un buen acceso a las vacunas que se dan a nivel mundial y por eso no hemos necesitado producirlas” en nuestro país.
Además precisó que “ha habido estudios de muchos virus como el Rotavirus o el Hanta pero la investigación es cara. Ahora bien si tuviéramos un brote de una enfermedad y sin posibilidades de acceder a las vacunas, se podría estudiar su producción”.
Mejorar la cobertura
Si bien la cobertura de vacunación en nuestro país sigue siendo buena, en relación a otros países, existe preocupación por parte de los expertos de la irrupción de algunos sectores de la población que no quieren vacunar a sus hijos.
Marcela Potin, pediatra y especialista en infectología de la Red Salud UC Christus, señaló que “el gran problema es no existe una percepción de riesgo, que es lo que mueve a la población a vacunarse, y cuando no existe o es menor, la inmunización se asume como algo electivo o conveniente como tomar una vitamina, lo que es un error”.
Siguiendo esta línea, María Rosa Bono, expuso que “los científicos también deben ayudar a la sociedad en cuanto a esta percepción de riesgo y a resaltar la importancia de las vacunas para la población”.
Sin embargo, también cree que la comunidad científica y los inmunólogos deben tener un poco más de participación en las decisiones y políticas públicas y mejorar algunos aspectos como la educación para generar confianza en la gente”.
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