El color puede afectar nuestra emocionalidad, convirtiéndose en un factor determinante para el desempeño laboral y la reacción de los clientes.
Ya sea que estés pensando en rediseñar tu oficina o en adquirir un nuevo espacio laboral, el conocimiento de cómo afecta el color a la emoción y comportamiento del ser humano, es un punto que no puede dejarse de lado.
Colaboradores más felices y productivos, compradores que se entusiasman e invierten con facilidad en un ambiente distendido, son sólo algunos puntos que la psicología del color puede aportar a una empresa.
La doctora Sally Austin de Design with Science señala que el color de una pared, por ejemplo, puede cambiar la percepción de la temperatura. El naranja, el rojo y el amarillo, pueden causar la sensación de que la habitación es más tibia. Por el contrario, colores fríos como el violeta claro, el azul o el verde se asocian con menos temperatura.
Asimismo, la percepción del espacio laboral será distinta de acuerdo al tono que domine en él. Blanco, amarillo o tonos pasteles darán la impresión de un lugar amplio y luminoso. Si usamos un verde colonial, el efecto será inverso.
Y el tema puede ir mucho más allá de lo que pensamos. Si bien la percepción del color es algo más o menos universal, dependiendo de la cultura a la que pertenecen o a ciertas experiencias pasadas, las personas pueden tener diferentes reacciones frente variaciones de color.
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